¡Oh, querida! Tus lágrimas de amor son como gotas de lluvia que empapan mi alma. Amor mío, me pierdo en el azul de tus ojos cual sandokan en la más impiadosas de las tormentas marinas, pero mi corazón pide que vos te pierdas en otras partes... Apenas te delizas en el saguán sé que es tiempo de partir a un nuevo mundo de experiencias consumadas y estrellas que nos miran y brillan para ti y para mi: Es tiempo del amor. Esperamos tanto tiempo para este instante... va a ser mejor de lo que me imaginé, puedo sentirlo.
Cuando la fantasía inunda nuestras mentes y nuestros deseos se apropian de la cama, vos y yo estamos solos en este rincón, deseando aquello que no decimos con palabras. El roce de tu piel con la mía, me inspira. Se me enciende el cuerpo... Ese momento en el que nuestros cuerpos están uno con el otro, pegados, bailando, sin pensarlo... Mírame, tócame: tiemblo como una niña que viaja al colegio una fria mañana de invierno. Me rozas con la punta de tu corazón, con forma de estrella que me ilumina cuan luciérnaga de la pasión. Tócame, pruébame: prueba este cuerpo, que está esperando por tí, desde aquél primer día en el que te ví, deseando que tu piel roce la mía, que tus manos acaricien mi cuello y que tu boca no se despegue de la mía...
La suave caricia de tu mano me recuerda el paso de los antilopes en mi último viaje solitario a las praderas sudafricanas, donde llegué a autoconocerme a falta de enamorada. Me pierdo en cada centímetro de tu cuerpo como en un desierto, y la sed se anuda a mi garganta en una carrera perdida contra las palabras de amor que tú profieres. Tus besos me transportan a aquél planeta que inventaría por ti, allá, lejos de esta galaxia, para que podamos vivir juntos de aquí al fin. El calor de tu cuerpo me envuelve, me somete a mis sentidos y ya no sé lo que hago, solo lo veo y lo siento, mi potestad ya es parte de tí, en cada beso sobre tu cuerpo queda un poco de mí, amor mío. Tu cuerpo y el mío se funden hasta el fin. Estás aquí, dentro mío. Somos dos... somos uno. Yo me fundo en vos, y vos en mí. Que este instante se haga eterno, que pueda sentirte siempre arriba mío.... Es una fusión inimaginable, indescriptible. Tus labios me provocan... tus curvas son mi fantasía... tu cuerpo es ese que nunca imaginé que existiría... tu calor es el complemento perfecto del mío. Esa pasión inexplicable que hay en este cuarto, del que solo somos testigos vos y yo... se siente en el aire, te siento como a nadie... Eres tú, amor mío, me pierdo en tu pelo y solo quiero vivir contigo.
Cuando todo parecia llegar a su fin, te recobraste, me besaste en los labios y luego me besaste en la boca. Nada fue igual desde ese entonces...
Escritura: Nati, Patricio, Tamar y otro...